Arlen Adid Vargas
Porras
Los seres humanos en su
individualidad, pueden ser concebidos como un conjunto de características
aprehendidas de su entorno inmediato, las cuales modeladas por la experiencia
durante su proceso de formación e influenciadas en menor medida por un contexto
global, siendo éste último el que permite poner una frontera tácita que
diferencia un grupo social de otro y dentro de estos se presentan las singularidades
que haces único a cada individuo. Así mismo, la pedagogía como proceso,
normalmente tiende a ser mal entendida desde su forma de aplicación práctica,
es decir, es mayormente encasillada en la cátedra tradicional en el marco de un
aula de clase; además, también hay que reconocer que muchos de los que
desempañen la actividad docente se han quedado en lo plano de transmitir
contenidos a educandos si relacionarlo con la vida cotidiana, por tanto muchos
estudiantes cuestionan frecuentemente sobre la utilidad práctica de una u otra
materia de su currículo académico.
Para responder a la primera idea
planteada (Individualidad del ser humano), se puede decir que los procesos
educativos deben tener en cuenta el movimiento del mundo, las situaciones
mismas del contexto inmediato en el que el proceso se desarrolla y, dentro de
dicho contexto, las particulares de cada uno de los educandos; todo con el fin
de generar instrumentos y herramientas que permitan que el mensaje llegue a los
estudiantes por medios y lenguajes apropiados. Lo anterior, permite que el
docente identifique los conocimientos previos, idiosincrasias, costumbres y
hábitos sociales para con verter todos esos elementos en mediadores de las
interacciones en el proceso.
En cuanto a la segunda idea (La
pedagogía mal entendida), hay que mencionar que desde el SENA este tipo de
dinámica educativa es la que se pretende modificar, mediante la visualización
del docente como un ente transformador, un “intelectual
transformativo” (Giroux, 1990), cuyas funciones se orienten no solo a
transformar la sociedad por medio de la educación, sino también, transformar su
propia pedagogía adaptándola a las necesidades específicas de cada grupo
particular al que enseña, incluso adaptándola a cada individuo dentro del grupo
de llegar a ser necesario. No solo los contenidos deben ser por si solos
atractivos para quien necesita aprehenderlos, debe ser a tractiva la forma y el
medio como se le hacen llegar y, una forma de lograr captar la atención es
relacionando los contenidos con una utilidad práctica para la cotidianidad de
quien aprende y sugiriendo las potencialidades transformadoras de dichos
conocimientos al ser usados en la realidad.
Lo expresado hasta aquí, se
desprende de la evolución de los conceptos de Pedagogía, que después de los
distintos cambios de paradigma conllevaron a la propuesta, aún en desarrollo,
de la Pedagogía Crítica, corriente contemporánea que predica a cerca de la
responsabilidad social de cada uno con su entorno; la cual invita a educar
reflexionando sobre el contexto para que luego el educando participe en el
cambio de su realidad social. El principal exponente de esta corriente es el
brasilero Paulo Freire, para quien “
La
metodología surge de la práctica social para volver, después de la reflexión,
sobre la misma práctica y transformarla. De esta manera, la metodología está
determinada por el contexto de lucha en que se ubica la práctica educativa: el
marco de referencia está definido por lo histórico y no puede ser rígido ni
universal, sino que tiene que ser construido por los hombres, en su calidad de
sujetos cognoscentes, capaces de transformar su realidad.” (Enrique
Martínez y Salanova Sánchez)
[i].
Ahora bien, para lograr el
desarrollo de las aptitudes necesarias para lograr los objetivos antes mencionados,
el educador debe complementar su formación académica con actividades que
enriquezcan su intelecto, como la lectura, la escritura, la asistencia al
teatro y al cine, conversatorios, etc., las cuales mejoran las habilidades
críticas y reflexivas, estimulando el pensamiento transformista de las
realidades por medio del conocimiento; todo esto, con el fin de ser transmitido
a los educandos por medio de la cátedra, además de la actitud y disposición del
docente en cada interacción.
Casos que podrían ejemplificar
las problemáticas asociadas podrían ser muchos, pero sobre este tema se puede
utilizar uno derivado de las cátedras tradicionales de Religión, cuando
normalmente en secundaria se enseñaba sobre la Encíclica del Papa Juan Pablo
II, en las que se le planteaba la pregunta el estudiante sobre si ¿El hombre
vive como piensa o piensa como vive? La cual generaba discusiones interminables
y que cuya respuesta hoy, a la luz de los postulados de Freire, no podría ser
otra que afirmar las dos situaciones planteadas en la pregunta son en realidad
una, ya que no se pueden desligar, respondiendo por tanto que el hombre como
vive piensa, como piensa se comporta y como se comporta vive.
Otro ejemplo, orientado a
representar la problemática de la relación de los contenidos teóricos de las
cátedras con el uso de dichos contenidos en la vida práctica de los educandos,
es cuando en la secundaria en las cátedras de Física se estudia el tema de la
teoría del color, la energía lumínica y la termodinámica; asuntos aparentemente
complejos pero que tienen aplicaciones prácticas básicas en la cotidianidad,
esto a razón de que los colores brillantes reflejan la luz mientras que los
colores oscuros no, éstos últimos absorben la energía lumínica y por tanto al
exponer objetos oscuros a la luz se calientan más rápido que otros de tonos
claros, a su vez los objetos cuando se calientan tienden a expandir su tamaño.
En este momento de la explicación, es cuando el educador debería hacer uso de
relaciones prácticas con la realidad, sugiriendo ejemplos de aplicación como
decir que: saber lo anterior sirve para el diseño de ropa para climas fríos y
calientes, ya que para el primero se deberían usar colores oscuros y para el
segundo colores claros; lo mismo aplica para definir los colores de una casa en
la altiplanicie fría o en la calidez de una zona a nivel del mar o; saber que
hay ciertas horas del día en las que hacer la medición de un objeto puede
resultar diferente dependiendo de la temperatura a la que este se encuentre.
Por último, el docente debería proponer después, por ejemplo, que los
estudiantes sugieran desde lo aprendido, aplicaciones similares de dichos temas
en el mejoramiento de alguna situación práctica.
Todo lo expresado hasta aquí,
permite concluir que la educación en su ejercicio práctico debe darse desde el
contexto específico en el cual se aplica, teniendo en cuenta las
características diferenciadoras del individuo, su comunidad relacionadas con el
contexto global, con el fin de que dicho proceso formador oriente al estudiante
a participar de los cambios en su comunidad; para lo cual hay que recordar que
el SENA propende por la formación y desempeño sus instructores como “intelectuales transformativos”,
postulando entonces al docente como transformador por excelencia de la sociedad
mediante la utilización de herramientas que dinamizan su proceso pedagógico y
permiten a su vez al alumno, apropiarse de conocimientos siempre en función de
la transformación de su comunidad.
Por último, es relevante mencionar, a modo de descripción
general de lo desarrollado en el presente curso, que la metodología utilizada
se enfocó en el reconocimiento de los conocimientos previos de los alumnos
sobre la temática específica de la clase, para luego proponer a los estudiantes
la revisión y análisis de recursos TIC para desvirtuar, aclarar y desarrollar
dichos conocimientos. Lo anterior permitió captar la atención de los
estudiantes y generar en ellos una actitud participativa además de la creación
de conceptos propios sobre la Educación y los Procesos Pedagógicos, dejándolos
preparados para recibir las definiciones formales de dicha área del
conocimiento. En esta metodología se pretendió combinar Técnicas Didácticas
Activas relacionadas con el Aprendizaje Colaborativo y el Aprendizaje Interactivo,
lo cual se evidencia en la propuesta del foro inicial y las retroalimentaciones
finales sobre los temas por parte del docente, respectivamente.
Además, mediante las
actividades planteadas se estimuló el aprendizaje teniendo en cuenta los fundamentos
pedagógicos orientados al Aprendizaje Autónomo, Aprendizaje por
Autodescubrimiento y Aprendizaje Colaborativo principalmente. Por último, se
utilizó también la estrategia de revisar una gran cantidad de representaciones
gráficas sobre los conceptos a aprehender por los estudiantes, como una de las
herramientas propias del Aprendizaje
Significativo.
Referencias
Bolaños, D. Duque, B.H. Moreno,
A. & Osorio, M. (2012). Maestros formadores de líderes: El maestro como
líder pedagógico, político e intelectual. Bogotá: UMNG.
De Zubiría, J. (2007). Los
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Giroux, H. (1990). Los profesores
como intelectuales: Hacia una pedagogía crítica del aprendizaje. Barcelona:
Paidos.
Gómez, L. et al. (2004). Manual
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Cibergrafía
Martínez, E. (s.f.). El
aprendizaje de la creatividad. En: Universidad de Huelva. Recuperado de
Paulo Freire. Constructor de
sueños. Video realizado para Cátedra Paulo Freire ITESA. En Vimeo. Recuperado
de
http://vimeo.com/46975687