Arlen Adid Vargas
Porras
Los seres humanos en su
individualidad, pueden ser concebidos como un conjunto de características
aprehendidas de su entorno inmediato, las cuales modeladas por la experiencia
durante su proceso de formación e influenciadas en menor medida por un contexto
global, siendo éste último el que permite poner una frontera tácita que
diferencia un grupo social de otro y dentro de estos se presentan las
singularidades que haces único a cada individuo.
Por tanto, los procesos
educativos deben tener en cuenta el movimiento del mundo, las situaciones
mismas del contexto inmediato en el que el proceso se desarrolla y, dentro de
dicho contexto, las particulares de cada uno de los educandos; todo con el fin
de generar instrumentos y herramientas que permitan que el mensaje llegue a los
estudiantes por medios y lenguajes apropiados. Lo anterior, permite que el
docente identifique los conocimientos previos, idiosincrasias, costumbres y
hábitos sociales para con verter todos esos elementos en mediadores de las
interacciones en el proceso.
Lo expresado hasta aquí, se
desprende de la evolución de los conceptos de Pedagogía, que después de los
distintos cambios de paradigma conllevaron a la propuesta, aún en desarrollo,
de la Pedagogía Crítica, corriente contemporánea que predica a cerca de la
responsabilidad social de cada uno con su entorno; la cual invita a educar
reflexionando sobre el contexto para que luego el educando participe en el
cambio de su realidad social. El principal exponente de esta corriente es el
brasilero Paulo Freire, para quien “La
metodología surge de la práctica social para volver, después de la reflexión,
sobre la misma práctica y transformarla. De esta manera, la metodología está
determinada por el contexto de lucha en que se ubica la práctica educativa: el
marco de referencia está definido por lo histórico y no puede ser rígido ni
universal, sino que tiene que ser construido por los hombres, en su calidad de
sujetos cognoscentes, capaces de transformar su realidad.” (Enrique
Martínez y Salanova Sánchez)[i].
Casos que podrían ejemplificar
las problemáticas asociadas podrían ser muchos, pero sobre este tema se puede
utilizar uno derivado de las cátedras tradicionales de Religión, cuando
normalmente en secundaria se enseñaba sobre la Encíclica del Papa Juan Pablo
II, en las que se le planteaba la pregunta el estudiante sobre si ¿El hombre
vive como piensa o piensa como vive? La cual generaba discusiones interminables
y que cuya respuesta hoy, a la luz de los postulados de Freire, no podría ser
otra que afirmar las dos situaciones planteadas en la pregunta son en realidad
una, ya que no se pueden desligar, respondiendo por tanto que el hombre como
vive piensa, como piensa se comporta y como se comporta vive.
Todo lo expresado hasta aquí,
permite concluir que la educación en su ejercicio práctico debe darse desde el
contexto específico en el cual se aplica, teniendo en cuenta las
características diferenciadoras del individuo, su comunidad relacionadas con el
contexto global, con el fin de que dicho proceso formador oriente al estudiante
a participar de los cambios en su comunidad.
Referencias
De Zubiría, J. (2007). Los
modelos pedagógicos. Popayán: Instituto Alberto Merani.
Flórez, R. (1994). Hacia una
pedagogía del conocimiento. Bogotá:
Ed. Mc Graw Hill.
Freire, P. (2009). Pedagogía del
Oprimido. Primera Edición 1970. México: Siglo xxi.
Cibergrafía
Paulo Freire. Pedagogo de los
oprimidos y transmisor de la pedagogía de la esperanza. En Universidad de
Huelva. Recuperado de http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm
Paulo Freire. Constructor de
sueños. Video realizado para Cátedra Paulo Freire ITESA. En Vimeo. Recuperado
de http://vimeo.com/46975687
[i]
Tomado de: Paulo Freire. Pedagogo de los oprimidos y transmisor de la pedagogía
de la esperanza. En Universidad de Huelva. Recuperado de http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm
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