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miércoles, 23 de julio de 2014

EDUCACIÓN, GLOBALIZACIÓN Y TIC

Arlen Adid Vargas Porras

Las TIC, hoy en día se constituyen como medios que permiten la relación humana a todo nivel y desde cualquier lugar, acortando las brechas económicas y sociales que tradicionalmente impedían el acceso a la información y al conocimiento a la las comunidades en desventaja; es así como en la actualidad se pasó de tener un mundo de comunidades y culturas aisladas, a lo que estudiosos del tema como Castells denominan “Aldea Global”.

Dicha aldea, se nutre de contenidos emanados de una infinidad de fuentes y es de todo tipo de cualidades, los cuales encuentran un universo de receptores por medio de las distintas redes informáticas, siendo el Internet la red por excelencia. Ahora bien, el internet presentó con el tiempo la evolución propia de las necesidades de sus usuarios, necesidades que se han venido puliendo y especializando tanto como el pensamiento humano mismo.

Es así como ya no bastó que el ser humano actuara como ente de cargue y descargue de contenidos en las redes informáticas, sino que también se requirió que se implementaran sistemas que permitieran desarrollar actividades de interacción virtual/electrónica incluso más complejas que las habituales de interacción física.

El proceso educativo, es una de esas actividades que requirió de la implementación de dichos sistemas, que en muchas ocasiones, más que el desarrollo específico, se trata de dar usos específicos orientados a la educación de herramientas tecnológicas que ya existen. Herramientas como los Blogs, las Wikis, los Foros, los Chats, Voz y/o Video sobre IP, la Mensajería electrónica, entre muchas otras, proveen instrumentos a los docentes que, sumadas a las metodologías pedagógicas, enriquecen, fortalecen y facilitan los procesos educativos en general, además de la masificación del conocimiento.


Por tanto, y debido a que las TIC ocupan cada vez más espacios de la vida cotidiana, los docentes deben estar a tono con la realidad tecnológica y analizar el contexto de sus educandos para aplicar la metodología pedagógica y las herramientas tecnológicas pertinentes; para lo cual se requieren además, llevar a cabo procesos de alfabetización informacional que permitan al docente el máximo aprovechamiento de dichas herramientas, así como brindarle formación informacional a sus estudiantes en el uso de las mismas.

LA EDUCACIÓN DESDE EL SENA COMO RESPUESTA A LAS NECESIDADES DEL CONTEXTO

Arlen Adid Vargas Porras

Los seres humanos en su individualidad, pueden ser concebidos como un conjunto de características aprehendidas de su entorno inmediato, las cuales modeladas por la experiencia durante su proceso de formación e influenciadas en menor medida por un contexto global, siendo éste último el que permite poner una frontera tácita que diferencia un grupo social de otro y dentro de estos se presentan las singularidades que haces único a cada individuo. Así mismo, la pedagogía como proceso, normalmente tiende a ser mal entendida desde su forma de aplicación práctica, es decir, es mayormente encasillada en la cátedra tradicional en el marco de un aula de clase; además, también hay que reconocer que muchos de los que desempañen la actividad docente se han quedado en lo plano de transmitir contenidos a educandos si relacionarlo con la vida cotidiana, por tanto muchos estudiantes cuestionan frecuentemente sobre la utilidad práctica de una u otra materia de su currículo académico.

Para responder a la primera idea planteada (Individualidad del ser humano), se puede decir que los procesos educativos deben tener en cuenta el movimiento del mundo, las situaciones mismas del contexto inmediato en el que el proceso se desarrolla y, dentro de dicho contexto, las particulares de cada uno de los educandos; todo con el fin de generar instrumentos y herramientas que permitan que el mensaje llegue a los estudiantes por medios y lenguajes apropiados. Lo anterior, permite que el docente identifique los conocimientos previos, idiosincrasias, costumbres y hábitos sociales para con verter todos esos elementos en mediadores de las interacciones en el proceso.

En cuanto a la segunda idea (La pedagogía mal entendida), hay que mencionar que desde el SENA este tipo de dinámica educativa es la que se pretende modificar, mediante la visualización del docente como un ente transformador, un “intelectual transformativo” (Giroux, 1990), cuyas funciones se orienten no solo a transformar la sociedad por medio de la educación, sino también, transformar su propia pedagogía adaptándola a las necesidades específicas de cada grupo particular al que enseña, incluso adaptándola a cada individuo dentro del grupo de llegar a ser necesario. No solo los contenidos deben ser por si solos atractivos para quien necesita aprehenderlos, debe ser a tractiva la forma y el medio como se le hacen llegar y, una forma de lograr captar la atención es relacionando los contenidos con una utilidad práctica para la cotidianidad de quien aprende y sugiriendo las potencialidades transformadoras de dichos conocimientos al ser usados en la realidad.

Lo expresado hasta aquí, se desprende de la evolución de los conceptos de Pedagogía, que después de los distintos cambios de paradigma conllevaron a la propuesta, aún en desarrollo, de la Pedagogía Crítica, corriente contemporánea que predica a cerca de la responsabilidad social de cada uno con su entorno; la cual invita a educar reflexionando sobre el contexto para que luego el educando participe en el cambio de su realidad social. El principal exponente de esta corriente es el brasilero Paulo Freire, para quien “La metodología surge de la práctica social para volver, después de la reflexión, sobre la misma práctica y transformarla. De esta manera, la metodología está determinada por el contexto de lucha en que se ubica la práctica educativa: el marco de referencia está definido por lo histórico y no puede ser rígido ni universal, sino que tiene que ser construido por los hombres, en su calidad de sujetos cognoscentes, capaces de transformar su realidad.” (Enrique Martínez y Salanova Sánchez)[i].

Ahora bien, para lograr el desarrollo de las aptitudes necesarias para lograr los objetivos antes mencionados, el educador debe complementar su formación académica con actividades que enriquezcan su intelecto, como la lectura, la escritura, la asistencia al teatro y al cine, conversatorios, etc., las cuales mejoran las habilidades críticas y reflexivas, estimulando el pensamiento transformista de las realidades por medio del conocimiento; todo esto, con el fin de ser transmitido a los educandos por medio de la cátedra, además de la actitud y disposición del docente en cada interacción.

Casos que podrían ejemplificar las problemáticas asociadas podrían ser muchos, pero sobre este tema se puede utilizar uno derivado de las cátedras tradicionales de Religión, cuando normalmente en secundaria se enseñaba sobre la Encíclica del Papa Juan Pablo II, en las que se le planteaba la pregunta el estudiante sobre si ¿El hombre vive como piensa o piensa como vive? La cual generaba discusiones interminables y que cuya respuesta hoy, a la luz de los postulados de Freire, no podría ser otra que afirmar las dos situaciones planteadas en la pregunta son en realidad una, ya que no se pueden desligar, respondiendo por tanto que el hombre como vive piensa, como piensa se comporta y como se comporta vive.

Otro ejemplo, orientado a representar la problemática de la relación de los contenidos teóricos de las cátedras con el uso de dichos contenidos en la vida práctica de los educandos, es cuando en la secundaria en las cátedras de Física se estudia el tema de la teoría del color, la energía lumínica y la termodinámica; asuntos aparentemente complejos pero que tienen aplicaciones prácticas básicas en la cotidianidad, esto a razón de que los colores brillantes reflejan la luz mientras que los colores oscuros no, éstos últimos absorben la energía lumínica y por tanto al exponer objetos oscuros a la luz se calientan más rápido que otros de tonos claros, a su vez los objetos cuando se calientan tienden a expandir su tamaño. En este momento de la explicación, es cuando el educador debería hacer uso de relaciones prácticas con la realidad, sugiriendo ejemplos de aplicación como decir que: saber lo anterior sirve para el diseño de ropa para climas fríos y calientes, ya que para el primero se deberían usar colores oscuros y para el segundo colores claros; lo mismo aplica para definir los colores de una casa en la altiplanicie fría o en la calidez de una zona a nivel del mar o; saber que hay ciertas horas del día en las que hacer la medición de un objeto puede resultar diferente dependiendo de la temperatura a la que este se encuentre. Por último, el docente debería proponer después, por ejemplo, que los estudiantes sugieran desde lo aprendido, aplicaciones similares de dichos temas en el mejoramiento de alguna situación práctica.

Todo lo expresado hasta aquí, permite concluir que la educación en su ejercicio práctico debe darse desde el contexto específico en el cual se aplica, teniendo en cuenta las características diferenciadoras del individuo, su comunidad relacionadas con el contexto global, con el fin de que dicho proceso formador oriente al estudiante a participar de los cambios en su comunidad; para lo cual hay que recordar que el SENA propende por la formación y desempeño sus instructores como “intelectuales transformativos”, postulando entonces al docente como transformador por excelencia de la sociedad mediante la utilización de herramientas que dinamizan su proceso pedagógico y permiten a su vez al alumno, apropiarse de conocimientos siempre en función de la transformación de su comunidad.

Por último, es relevante mencionar, a modo de descripción general de lo desarrollado en el presente curso, que la metodología utilizada se enfocó en el reconocimiento de los conocimientos previos de los alumnos sobre la temática específica de la clase, para luego proponer a los estudiantes la revisión y análisis de recursos TIC para desvirtuar, aclarar y desarrollar dichos conocimientos. Lo anterior permitió captar la atención de los estudiantes y generar en ellos una actitud participativa además de la creación de conceptos propios sobre la Educación y los Procesos Pedagógicos, dejándolos preparados para recibir las definiciones formales de dicha área del conocimiento. En esta metodología se pretendió combinar Técnicas Didácticas Activas relacionadas con el Aprendizaje Colaborativo y el Aprendizaje Interactivo, lo cual se evidencia en la propuesta del foro inicial y las retroalimentaciones finales sobre los temas por parte del docente, respectivamente.

Además, mediante las actividades planteadas se estimuló el aprendizaje teniendo en cuenta los fundamentos pedagógicos orientados al Aprendizaje Autónomo, Aprendizaje por Autodescubrimiento y Aprendizaje Colaborativo principalmente. Por último, se utilizó también la estrategia de revisar una gran cantidad de representaciones gráficas sobre los conceptos a aprehender por los estudiantes, como una de las herramientas propias  del Aprendizaje Significativo.


Referencias

Bolaños, D. Duque, B.H. Moreno, A. & Osorio, M. (2012). Maestros formadores de líderes: El maestro como líder pedagógico, político e intelectual. Bogotá: UMNG.

De Zubiría, J. (2007). Los modelos pedagógicos. Popayán: Instituto Alberto Merani.

Flórez, R. (1994). Hacia una pedagogía del conocimiento. Bogotá: Ed. Mc Graw Hill.

Freire, P. (2009). Pedagogía del Oprimido. Primera Edición 1970. México: Siglo xxi.

Giroux, H. (1990). Los profesores como intelectuales: Hacia una pedagogía crítica del aprendizaje. Barcelona: Paidos.

Gómez, L. et al. (2004). Manual de estilos de aprendizaje. Secretaria de Educación Pública de México.


Cibergrafía

García, J. L. (s.f.). Algunos modelos de estilos de aprendizaje. En Web de José Luis García Cué. Recuperado de http://www.jlgcue.es/modelos.htm

Martínez, E. (s.f.). El aprendizaje de la creatividad. En: Universidad de Huelva. Recuperado de

Paulo Freire. Pedagogo de los oprimidos y transmisor de la pedagogía de la esperanza. En Universidad de Huelva. Recuperado de http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm

Paulo Freire. Constructor de sueños. Video realizado para Cátedra Paulo Freire ITESA. En Vimeo. Recuperado de http://vimeo.com/46975687





[i] Tomado de: Paulo Freire. Pedagogo de los oprimidos y transmisor de la pedagogía de la esperanza. En Universidad de Huelva. Recuperado de http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm

LOS DOCENTES COMO INTELECTUALES TRANSFORMADORES DE LA SOCIEDAD

Arlen Adid Vargas Porras

La pedagogía como proceso, normalmente tiende a ser mal entendida desde su forma de aplicación práctica, es decir, es mayormente encasillada en la cátedra tradicional en el marco de un aula de clase; además, también hay que reconocer que muchos de los que desempeñan la actividad docente se han quedado en lo plano de transmitir contenidos a educandos sin relacionarlo con la vida cotidiana, por tanto muchos estudiantes cuestionan frecuentemente sobre la utilidad práctica de una u otra materia de su currículo académico.

Este tipo de dinámica educativa es la que se pretende modificar mediante la visualización del docente como un ente transformador, un “intelectual transformativo” (Giroux, 1990), cuyas funciones se orienten no solo a transformar la sociedad por medio de la educación, sino también, transformar su propia pedagogía adaptándola a las necesidades específicas de cada grupo particular al que enseña, incluso adaptándola a cada individuo dentro del grupo de llegar a ser necesario. No solo los contenidos deben ser por si solos atractivos para quien necesita aprehenderlos, debe ser atractiva la forma y el medio como se le hacen llegar y, una forma de lograr captar la atención es relacionando los contenidos con una utilidad práctica para la cotidianidad de quien aprende y sugiriendo las potencialidades transformadoras de dichos conocimientos al ser usados en la realidad.

Ahora bien, para lograr el desarrollo de las aptitudes necesarias para lograr los objetivos antes mencionados, el educador debe complementar su formación académica con actividades que enriquezcan su intelecto, como la lectura, la escritura, la asistencia al teatro y al cine, conversatorios, etc., las cuales mejoran las habilidades críticas y reflexivas, estimulando el pensamiento transformista de las realidades por medio del conocimiento; todo esto, con el fin de ser transmitido a los educandos por medio de la cátedra, además de la actitud y disposición del docente en cada interacción.

Un ejemplo sencillo, pero muy diciente, es cuando en la secundaria en las cátedras de Física se estudia el tema de la teoría del color, la energía lumínica y la termodinámica; asuntos aparentemente complejos pero que tienen aplicaciones prácticas básicas en la cotidianidad, esto a razón de que los colores brillantes reflejan la luz mientras que los colores oscuros no, éstos últimos absorben la energía lumínica y por tanto al exponer objetos oscuros a la luz se calientan más rápido que otros de tonos claros, a su vez los objetos cuando se calientan tienden a expandir su tamaño. En este momento de la explicación, es cuando el educador debería hacer uso de relaciones prácticas con la realidad, sugiriendo ejemplos de aplicación como decir que: saber lo anterior sirve para el diseño de ropa para climas fríos y calientes, ya que para el primero se deberían usar colores oscuros y para el segundo colores claros; lo mismo aplica para definir los colores de una casa en la altiplanicie fría o en la calidez de una zona a nivel del mar o; saber que hay ciertas horas del día en las que hacer la medición de un objeto puede resultar diferente dependiendo de la temperatura a la que este se encuentre. Por último, el docente debería proponer después, por ejemplo, que los estudiantes sugieran desde lo aprendido, aplicaciones similares de dichos temas en el mejoramiento de alguna situación práctica.

Todo lo dicho hasta aquí, permite ilustrar la idea del término “intelectual transformativo”, postulando entonces al docente como transformador por excelencia de la sociedad mediante la utilización de herramientas que dinamizan su proceso pedagógico y permiten a su vez al alumno, apropiarse de conocimientos siempre en función de la transformación de su comunidad.


REFERENCIAS

Bolaños, D. Duque, B.H. Moreno, A. & Osorio, M. (2012). Maestros formadores de líderes: El maestro como líder pedagógico, político e intelectual. Bogotá: UMNG.


Giroux, H. (1990). Los profesores como intelectuales: Hacia una pedagogía crítica del aprendizaje. Barcelona: Paidos.

LA EDUCACIÓN COMO PÁCTICA DESDE EL CONTEXTO

Arlen Adid Vargas Porras


Los seres humanos en su individualidad, pueden ser concebidos como un conjunto de características aprehendidas de su entorno inmediato, las cuales modeladas por la experiencia durante su proceso de formación e influenciadas en menor medida por un contexto global, siendo éste último el que permite poner una frontera tácita que diferencia un grupo social de otro y dentro de estos se presentan las singularidades que haces único a cada individuo.

Por tanto, los procesos educativos deben tener en cuenta el movimiento del mundo, las situaciones mismas del contexto inmediato en el que el proceso se desarrolla y, dentro de dicho contexto, las particulares de cada uno de los educandos; todo con el fin de generar instrumentos y herramientas que permitan que el mensaje llegue a los estudiantes por medios y lenguajes apropiados. Lo anterior, permite que el docente identifique los conocimientos previos, idiosincrasias, costumbres y hábitos sociales para con verter todos esos elementos en mediadores de las interacciones en el proceso.

Lo expresado hasta aquí, se desprende de la evolución de los conceptos de Pedagogía, que después de los distintos cambios de paradigma conllevaron a la propuesta, aún en desarrollo, de la Pedagogía Crítica, corriente contemporánea que predica a cerca de la responsabilidad social de cada uno con su entorno; la cual invita a educar reflexionando sobre el contexto para que luego el educando participe en el cambio de su realidad social. El principal exponente de esta corriente es el brasilero Paulo Freire, para quien “La metodología surge de la práctica social para volver, después de la reflexión, sobre la misma práctica y transformarla. De esta manera, la metodología está determinada por el contexto de lucha en que se ubica la práctica educativa: el marco de referencia está definido por lo histórico y no puede ser rígido ni universal, sino que tiene que ser construido por los hombres, en su calidad de sujetos cognoscentes, capaces de transformar su realidad.” (Enrique Martínez y Salanova Sánchez)[i].

Casos que podrían ejemplificar las problemáticas asociadas podrían ser muchos, pero sobre este tema se puede utilizar uno derivado de las cátedras tradicionales de Religión, cuando normalmente en secundaria se enseñaba sobre la Encíclica del Papa Juan Pablo II, en las que se le planteaba la pregunta el estudiante sobre si ¿El hombre vive como piensa o piensa como vive? La cual generaba discusiones interminables y que cuya respuesta hoy, a la luz de los postulados de Freire, no podría ser otra que afirmar las dos situaciones planteadas en la pregunta son en realidad una, ya que no se pueden desligar, respondiendo por tanto que el hombre como vive piensa, como piensa se comporta y como se comporta vive.

Todo lo expresado hasta aquí, permite concluir que la educación en su ejercicio práctico debe darse desde el contexto específico en el cual se aplica, teniendo en cuenta las características diferenciadoras del individuo, su comunidad relacionadas con el contexto global, con el fin de que dicho proceso formador oriente al estudiante a participar de los cambios en su comunidad.



Referencias

De Zubiría, J. (2007). Los modelos pedagógicos. Popayán: Instituto Alberto Merani.

Flórez, R. (1994). Hacia una pedagogía del conocimiento. Bogotá: Ed. Mc Graw Hill.

Freire, P. (2009). Pedagogía del Oprimido. Primera Edición 1970. México: Siglo xxi.


Cibergrafía

Paulo Freire. Pedagogo de los oprimidos y transmisor de la pedagogía de la esperanza. En Universidad de Huelva. Recuperado de http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm

Paulo Freire. Constructor de sueños. Video realizado para Cátedra Paulo Freire ITESA. En Vimeo. Recuperado de http://vimeo.com/46975687




[i] Tomado de: Paulo Freire. Pedagogo de los oprimidos y transmisor de la pedagogía de la esperanza. En Universidad de Huelva. Recuperado de http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm

LA ADMINISTRACIÓN COLONIAL, PADRE DE LA BUROCRACIA Y LA ADMINISTRACIÓN ESTATAL ACTUAL EN COLOMBIA

ARLEN ADID VARGAS PORRAS

El desarrollo de la administración de los estados en América Latina tiene una historia un poco más antigua que la de sus fundaciones; para el caso colombiano, específicamente, el modelo actual de Administración Estatal es producto de la evolución y ajuste de la “Administración Colonial” ejercida por la corona española en el período de la conquista, adaptada a las condiciones de complejidad de las sociedades contemporáneas y solamente diferenciada, de forma general, por los mecanismos democráticos de participación. Para el desarrollo de las ideas que apoyan la hipótesis planteada, se utiliza como eje temático central lo descrito en el texto “La Administración Colonial” de Jaime Jaramillo Uribe , en el que se hace una descripción pormenorizada de los aspectos administrativos que dominaron la gestión española de la colonia neogranadina. El análisis se llevará a cabo por medio de la filtración de ideas en tres campos: Estructura de organización, Funcionamiento y, Métodos de Control; para al final presentar una conclusión general sobre los aspectos abordados. Lo primero, es mencionar el carácter jerárquico de la estructura administrativa de la colonia, que según el texto de Jaramillo se comportaba así :



Estructuras organizacionales eminentemente jerárquicas en las que (Como los sentidos de las flechas lo indican) las órdenes se impartían con orientación descendente, desde la cabeza (El Rey) hasta la base (Los cabildos), cuya verticalidad no permitía ningún tipo de insubordinación, a no ser que se contará con las suficientes influencias en los niveles superiores como para saltarse algún escaño de los conductos regulares. Este modelo de burocracia se caracterizó por la definición de leyes y políticas generales con aplicación fáctica a nivel local; es decir, que los líderes de los cabildos gozaban de cierta autonomía en la aplicación de las normas dependiendo de la aplicabilidad de las mismas para cada territorio, obedeciendo a las características específicas del mismo. Hasta aquí, es clara la similitud desde lo jerárquico y burocrático con el estilo de administración actual del estado colombiano, en el que la verticalidad del flujo de las órdenes solo es rota por los mecanismos de control y sistemas de participación propios de una democracia (Asuntos que se analizarán más adelante); que para el caso del poder ejecutivo se presenta de manera muy general, así:


El gráfico anterior permite identificar además de las similitudes, las diferencias producto de la evolución de las estructuras administrativas. En la colonia, las bases de la población no tenían una incidencia relevante (Más bien ínfima) sobre las decisiones tomadas a cualquier nivel de la administración, pero si se producía una comunicación ascendente para la solicitud de mercedes por medio de Probanzas, presentación de denuncias en las Visitas y, rendición de cuentas de funcionarios en las Residencias .

La principal diferencia entre los dos modelos estructurales radica en la separación de poderes de la administración contemporánea: Ejecutivo, Legislativo y Judicial; lo que permite, o por lo menos ese es el objetivo, la regulación imparcial de cada eje temático asignado a las instituciones sin entrar en conflictos de intereses, juicios parcializados o choques en la toma de decisiones. Siendo estas últimas situaciones, en cierta forma recurrentes en la administración colonial, pues sus instituciones compartían una multiplicidad de funciones que las hacían proclives a discusiones sobre la pertinencia de una u otra en la toma de alguna decisión.

Observando los esquemas estructurales anteriormente planteados, se observa otra similitud en cuanto a los niveles dentro de la administración y a la centralización de las decisiones. Mientras que en la actualidad se definen claramente tres niveles: Órdenes Nacional, Departamental y Municipal; en la época colonial se daba una división en dos: Administración Virreinal (Con sus entes más relevantes residentes en España) y Administración Local (Directamente en la colonia de la Nueva Granada), pero de la primera, se pueden abstraer dos niveles: Uno que va descendentemente desde el Rey hasta la Real Audiencia y, el segundo que va desde el Tribunal de Cuentas hasta los Corregidores y Alcaldes Mayores.

En cuanto a la centralización, para la colonia el poder de decisión se concentraba en España, en la cabeza del Rey y el Consejo de Indias ; asuntos que hoy serían entendidos como la definición de las estrategias para la administración (Planeación, además de hacer de última instancia para dirimir asuntos judiciales) ejercidas por la Presidencia de la República; en una segunda instancia se encuentra compartido el control y la definición de políticas menos generales, que en la colonia se movía entre una parte de la Real Audiencia y pasando desde los Fiscales y Tesorería Real hasta los Corregidores, caso que en la actualidad se ve representado desde los Ministerios hasta las Gobernaciones, teniendo en cuenta que las Entidades Adscritas y Vinculadas ayudan a desarrollar las políticas planteadas por los ministerios y el gobierno central. Por último se tiene entonces un tercer nivel, de aplicación, representado por la Administración Local y los Organismos del Orden Municipal, para la colonia y el estado contemporáneo, respectivamente.

Centrando la atención más específicamente en el funcionamiento de las organizaciones más importantes de la administración colonial, El Consejo de Indias y las Reales audiencias. Para ambas se concibieron funciones muy amplias, sobre todo para la primera, quién tenía a cargo entre otras la protección de la población endémica de las colonias; proponer personas para cargos, mercedes y beneficios; controlar la administración de la hacienda; desempeñar labores legislativas y judiciales y; hacer de Suprema Corte de Justicia en los asuntos que lo requirieran. Las segundas oficiaban como tribunales de justicia situadas directamente en las colonias en América, constituidas por magistrados (oidores), fiscales, escribanos, procuradores, alcaldes de corte, notarios y alguaciles, cuyas funciones se centraron en servir como tribunal de apelación sobre decisiones tomadas por tribunales y/o funcionarios inferiores; ser primera instancia para litigios de mayor cuantía; ser contrapeso de las disposiciones de funcionarios eclesiásticos; decidir sobre variados tipos de litigio; legislar sobre los vacíos normativos, cédulas reales y reglamentos generales; además de otras funciones.

Las responsabilidades listadas anteriormente, para el caso del Consejo de Indias y las Reales Audiencias, se encuentran diseminadas (Guardando las proporciones) en todos los órdenes del estado actual, a través de instituciones que responden a su respectiva jurisdicción; teniendo como principales:


Para el caso de las funciones de control:


Por último se llega al análisis de los Mecanismos de Control, que para el caso de las colonias hay que decir que era ejercido por un par, con la jurisdicción pertinente para hacerlo y, que cuando alguna instancia no era suficiente para dirimir alguna querella se acudía a la instancia inmediatamente superior; se utilizaban herramientas como las ya mencionadas Visitas y Residencias para el juzgamiento e investigación de los funcionarios públicos, responsabilidad que recaía también sobre los organismos ya mencionados. Aspectos que presentan mucha similitud con los mecanismos actuales de control público, por cuanto operan organismos específicos para el control según las características de la situación y/o persona a controlar, con varias instancias de juzgamiento y, condiciones especiales para funcionarios de alto rango.

Hasta aquí, es más que claro, que el modelo actual de Administración Estatal es producto de la evolución y ajuste de la “Administración Colonial” ejercida por la corona española en el período de la conquista; pues las profundas similitudes entre ambos, a nivel general, corresponden a las características de fondo, al asunto esencial de la manera de administración, el estilo de organización, a la subordinación de las funciones de los elementos y su incidencia en las decisiones; mientras que las diferencias comportan más un carácter de forma que obedece a los ajustes sistémicos propios de los cambios a los que está sujeto cualquier grupo social.



BIBLIOGRAFÍA:

Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Encomienda, identidad y poder. Bogotá : s.n.

Tovar Pinzón, Hermes. Hacia una Historia de la Corrupción en Colombia: En esta Tierra se ha Robado mucho Oro, pero Cállese y Déjese Gobernar. Bogotá : Archivo General de La Nación de Colombia. 

Jaramillo Uribe, Jaime. Nueva Historia de Colombia Vol.1: La Administración Colonial. Bogotá : s.n. Vol. I.